100 años y no ha nacido el guapo capaz de quitarnos de encima al sistema. Cambian las caras, pero se mantienen los vicios: La corrupción, la simulación, la concentración salvaje del ingreso, la impunidad, el cleintelismo, la ignorancia del pueblo que no pasa del nivel de escolaridad de tercero de primaria.
Nos quieren vender que son distintos, como en su momento lo hicieron todos los anteriores pero al final, el sistema puede más que ellos. Cuando ven los billetes, todos doblan las manitas. Es el país que tenemos, el lo que se lleva en el DNA político y social, es orígen y es destino, es la misma gata, revolcada hasta el cansancio.
