Por Jorge Ciervo
La seguridad del gobierno es un desastre:
– El 14 de octubre matan al abogado David Cohen Sacal en plena luz del día en la CDMX.
– Ayer sábado 1o de noviembre mataron en una fiesta popular al alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, que había pedido protección por amenazas.
– Intentaron matar al crítico Simón Levy quien está recibiendo amenazas a su integridad por parte de la propia usurpadora.
– El número de ajusticiamientos supera a los de los sexenios de Calderón y Peña.
– El número de desaparecidos ha crecido dramáticamente con un respecto incluso al sexenio pasado que ya fue un desastre en el tema de desaparecidos.
– El número de extorsiones se ha disparado.
– La mayoría de los ciudadanos se siente inseguros en sus ciudades.
Pero aún así la presirvienta se niega a:
– desmilitarizar la seguridad pública.
– recibir ayuda de EU en la lucha contra el narco.
Aunque quiere dar la apariencia de que ya no sigue la “estrategia” de su patrón de “abrazos no balazos”, en realidad le sigue dando “abrazos” a los narcopolíticos, empezando por AMLO, Andy, Adán Augusto, Rocha Moya, Villareal, Noroña y tantos otros.
Sus resultados hablan por si solos: México está enfrentando una aguda crisis de inseguridad, de asesinatos emblemáticos o intentos de asesinatos emblemáticos. Buena parte del país está tomada por el crimen organizado.
Esto no es una transformación sino una putrefacción.
Y seguro ella saldrá a decir: “yo no se nada”, “lo estamos investigando”, “lo vamos a investigar”, “vamos a castigar a los culpables”… ¿pero cómo se pueden autocastigar ellos mismos?
Como dijo el empresario Alejandro Martí: “si no pueden, renuncien”.
