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La verdadera izquierda buena y la falsa izquierda mala (los narco comunistas satánicos como AMLO, Sheinbaum, Petro, Maduro, Díaz-Canel)

Por Jorge Ciervo

La verdadera izquierda que busca el socialismo, es democrática y busca mejorar la distribución del ingreso, mediante la intervención quirúrgica del gobierno en la economía.

La falsa izquierda que busca el narco comunismo satánico como AMLO y Sheinbaum en México, Petro en Colombia, Maduro en Venezuela o Díaz-Canel en Cuba, sometidos al Foro Comunista de Sao Paolo, lo que busca es acabar con la democracia, para imponer una dictadura. No busca mejorar la distribución del ingreso sino convertirse en una máquina de pobres para manipularlos, comprar sus votos y eternizarse en el poder y busca acabar con la libertad de empresa y de mercado.

La falsa izquierda se vende como “izquierda” o “socialismo” para engañar bobos o ingenuos, mentes débiles, que han perdido la capacidad de pensamiento crítico.

La falsa izquierda no pretende gobernar para todos sino dividir y confrontar a la sociedad, a través de su polarización, su demagogia y su populismo. No gobierna para los ciudadanos, sino para una entelequia que llaman “pobres” y que utilizan para confundir.

La falsa izquierda no busca la verdad, ni el bien común, sino se basa en la mentira, en el engaño, en los “otros datos”, en la manipulación de cifras o de diagnósticos, para aparentar una supuesta mejoría cuando en realidad la economía está estancada o desplomándose.

La falsa izquierda narco comunista se apoya en prácticas y rituales satánicos para chamanizar a la gente, mantenerla con miedo o controlar sus mentes, con su única ambición de hacerse del poder.

La falsa izquierda utiliza la escalera democrática para llegar al poder, para luego destruir esa escalera y eternizarse en el poder. Por eso destruyen los órganos electorales autónomos.

La falsa izquierda no le gusta la División de Poderes, los contrapesos, sino quiere TODO el poder, para ocultar sus excesos y su ineficiencia y su incompetencia.

La falsa izquierda no combate la corrupción, sino sólo la del pasado, para crear su propia corrupción, su impunidad y lo peor de todo, su cinismo, ya que no tienen ética, ni moral, son unos desvergonzados, unos cara dura como Noroña o AMLO o sus hijos o Adan Augusto…

La falsa izquierda no combate al narcotráfico y al crimen, sino que les da abrazos, los protege y les da incluso el control de grandes zonas del territorio, para que impongan su ley de la omerta por encima de la Constitución, de los gobiernos locales o municipales o incluso estatales y aveces también a nivel federal.

La falsa izquierda no está a favor de la crítica o de la libertad de expresión, sino quiere imponer su verdad única, más bien su mentira única, su visión distorsionada y prejuiciosa de la realidad.

La falsa izquierda destruye la Constitución, las leyes, las instituciones.

La falsa izquierda quiere destruir la historia y crear una nueva narrativa donde impera el odio, la división, la confrontación, bajo la lógica comunista de agudizar las contradicciones para hacer su “transformación” que no es más que una “putrefacción” o una “degeneración”.

La verdadera izquierda no es militarista, como lo es AMLO y Sheinbaum en México.

La verdadera izquierda quiere educar al pueblo, no llenarlo de prejuicios ideologicos como la “nueva escuela” de AMLO y Claudia Sheinbaum, que está a favor de la cultura woke y de todo tipo de degeneraciones sexuales.

La verdadera izquierda está a favor de la vida y no a favor del culto a la muerte como AMLO con su mala gestión de la pandemia o sus “abrazos” a los narcos, o como Sheinbaum con sus desaparecidos y sus muertos. La verdadera izquierda no destruye el sistema de salud y deja al país sin medicinas o a los niños con cáncer sin tratamiento. La falsa izquierda habla sólo retoricamente de humanismo, pero en realidad tienen un “humanismo inhumano” como el de Sheinbaum y AMLO, o el de Maduro o el de Fidel Castro o Díaz-Canel que son capaces de dejar en la miseria, en el hambre o en el abandono.

La crítica que hace la Inteligencia Artificial de ChatGPT a este artículo de nuestro colaborador:

A continuación presento un análisis estructurado del artículo y, posteriormente, una propuesta de completamiento para fortalecerlo en términos argumentativos, conceptuales y editoriales, manteniendo el tono crítico del autor pero elevando su rigor.


I. Análisis del artículo

1. Naturaleza y objetivo del texto

El artículo es un ensayo político–ideológico de denuncia, no académico, cuyo propósito central es desenmascarar lo que el autor denomina “falsa izquierda” frente a una “izquierda auténtica” de corte democrático y socialdemócrata.

No busca neutralidad, sino persuasión moral y política, con un lenguaje deliberadamente confrontativo.


2. Ejes conceptuales explícitos

El texto se organiza, aunque de forma implícita, en cinco grandes ejes:

A. Definición de dos izquierdas

  • Izquierda verdadera
    • Democrática
    • Respeta la economía de mercado con correcciones redistributivas
    • Busca justicia social sin destruir libertades
    • Intervención estatal “quirúrgica”, no totalitaria
  • Falsa izquierda
    • Autoritaria
    • Populista
    • Antidemocrática
    • Instrumentaliza la pobreza
    • Capturada por el crimen organizado

Este eje está bien planteado, pero no está teóricamente anclado (falta marco conceptual).


B. Crítica al poder político concreto

El texto señala directamente a figuras como:

  • Andrés Manuel López Obrador
  • Claudia Sheinbaum
  • Gustavo Petro
  • Nicolás Maduro
  • Miguel Díaz-Canel

El señalamiento es directo, acusatorio y moral, pero:

  • Carece de jerarquización de responsabilidades
  • No distingue grados de autoritarismo
  • No separa hechos verificables de interpretaciones ideológicas

C. Uso instrumental de la democracia

Uno de los puntos más sólidos del texto:

“Utilizan la escalera democrática para llegar al poder y luego la destruyen.”

Este argumento es consistente con la literatura sobre:

  • Autoritarismo electoral
  • Democracias iliberales
  • Populismo competitivo

Sin embargo, no se cita ningún criterio objetivo (elecciones, reformas constitucionales, captura institucional).


D. Dimensión ética y moral

El texto afirma que la falsa izquierda:

  • Carece de ética
  • Carece de moral
  • Miente sistemáticamente
  • Normaliza la corrupción

Aquí el artículo es fuerte retóricamente, pero débil analíticamente, porque:

  • No define qué entiende por ética pública
  • No establece estándares comparativos
  • No diferencia corrupción estructural de corrupción coyuntural

E. Elementos simbólicos y religiosos

La referencia a:

  • “rituales satánicos”
  • “chamanización”
  • “control mental”

funciona como metáfora política, pero:

  • No está delimitada como metáfora
  • Puede restar credibilidad a lectores no ideológicos
  • Abre flancos fáciles a la descalificación del texto

II. ¿Qué le falta al artículo?

1. Marco teórico mínimo

El texto no define:

  • Qué es izquierda (históricamente)
  • Qué modelos de izquierda reconoce como legítimos
  • Qué tradición ideológica respalda (socialdemocracia, liberalismo social, etc.)

2. Criterios verificables

Faltan indicadores claros, por ejemplo:

  • Ataques a órganos autónomos
  • Reformas constitucionales regresivas
  • Militarización
  • Control de medios
  • Uso político de programas sociales

3. Gradación y matices

El texto trata a todos los actores como equivalentes, cuando:

  • Cuba ≠ Venezuela ≠ México ≠ Colombia
  • Hay diferencias de régimen, intensidad y estructura del poder

4. Propuesta alternativa

El artículo denuncia, pero no propone:

  • ¿Qué izquierda sí es viable para América Latina?
  • ¿Qué políticas públicas concretas?
  • ¿Qué reformas institucionales?

III. Propuesta de completamiento del artículo

A. Agregar una definición clara de izquierda democrática

Propuesta de párrafo:

La izquierda democrática no es enemiga del mercado, sino de sus abusos; no es enemiga de la empresa, sino del privilegio; no es enemiga de la riqueza, sino de la exclusión. Su razón de ser es ampliar oportunidades sin destruir libertades.


B. Incorporar criterios objetivos de “falsa izquierda”

Propuesta de sección:

Una izquierda deja de ser democrática cuando:

  1. Captura o destruye órganos electorales
  2. Persigue o desacredita sistemáticamente a la prensa
  3. Militariza la vida pública
  4. Sustituye políticas públicas por clientelismo
  5. Tolera o coopera con el crimen organizado

C. Sustituir o acotar el lenguaje esotérico

Reformular “rituales satánicos” como:

prácticas simbólicas, míticas o pseudo-religiosas orientadas a la construcción de culto al líder, a la intimidación social o a la manipulación emocional de masas vulnerables.


D. Cerrar con una advertencia histórica

Propuesta de cierre:

La historia demuestra que los pueblos no pierden la libertad de golpe, sino paso a paso, bajo el aplauso de quienes creen que el autoritarismo propio es menos peligroso que la democracia ajena.


IV. Evaluación final

Fortalezas

  • Claridad moral
  • Denuncia directa
  • Capacidad movilizadora
  • Lenguaje editorial potente

Debilidades

  • Falta de marco conceptual
  • Ausencia de datos o criterios
  • Exceso de adjetivación sin anclaje
  • Riesgo de predicar solo a convencidos

Le pedimos a ChatGPT lo siguiente:

¿puedes hacer el marco conceptual que falta, poner datos o criterios que sustenten la crítica que ahí se formula, plantear lo mismo con un tono académico sin adjetívación sin anclaje y plantear cuál sería una verdadera izquierda que sí fuera adecuada para la realidad latinoamericana y en especial para México?

Y esta fue su respuesta:

Sí. A continuación presento un desarrollo completo y autocontenido, con marco conceptualcriterios empíricosreformulación académica del argumento y una propuesta de izquierda viable para América Latina y, en particular, para México. El tono es deliberadamente analítico, no adjetival, y cada afirmación está anclada en conceptos usados en ciencia política, economía política y estudios comparados.


I. Marco conceptual

¿Qué entendemos por “izquierda” en sentido riguroso?

En ciencia política comparada, el término izquierda no se define por retórica ni por autoidentificación, sino por tres ejes estructurales:

1. Eje económico

La izquierda clásica y contemporánea comparte al menos uno de los siguientes objetivos:

  • Reducción de la desigualdad
  • Corrección de fallas de mercado
  • Ampliación del acceso a bienes públicos (educación, salud, justicia)

Esto no implica abolición del mercado. La evidencia empírica muestra que las izquierdas exitosas operan bajo economías mixtas, no economías centralizadas.


2. Eje político-institucional

Una izquierda democrática:

  • Reconoce la soberanía popular expresada en elecciones competitivas
  • Respeta la división de poderes
  • Acepta contrapesos institucionales
  • Tolera la alternancia en el poder

Cuando estos elementos se erosionan, la literatura deja de hablar de “izquierda democrática” y pasa a categorías como:

  • autoritarismo electoral
  • populismo competitivo
  • régimen híbrido

3. Eje normativo

Desde Rawls hasta Sen, la izquierda moderna se justifica normativamente por:

  • Igualdad de oportunidades
  • Justicia distributiva
  • Libertades básicas no negociables

Si un proyecto político sacrifica libertades civiles, pluralismo o legalidad en nombre de la igualdad, abandona el marco normativo de la izquierda democrática.


II. Distinción conceptual clave

Izquierda democrática vs. populismo autoritario

La literatura académica distingue con claridad dos fenómenos que suelen confundirse en el debate público:

A. Izquierda democrática (socialdemocracia, progresismo institucional)

Ejemplos históricos:

  • Países nórdicos
  • Alemania postguerra
  • Uruguay (Frente Amplio en su etapa institucional)
  • Chile pre-2019

Características:

  • Estado fuerte + mercado regulado
  • Políticas redistributivas financiadas con crecimiento
  • Instituciones autónomas
  • Política social universal, no clientelar

B. Populismo autoritario de base ideológica difusa

Este fenómeno no es propiamente de izquierda, aunque use su lenguaje.

Características estructurales:

  • Concentración del poder ejecutivo
  • Deslegitimación de órganos autónomos
  • Personalización del poder
  • Uso político de la pobreza
  • Sustitución de políticas públicas por transferencias discrecionales

En la literatura (Levitsky & Way; Mudde; Acemoglu & Robinson), este tipo de régimen se clasifica como:

  • autoritarismo competitivo
  • democracia iliberal
  • populismo plebiscitario

III. Criterios empíricos que sustentan la crítica

Para evitar juicios adjetivales, propongo criterios verificables. Un gobierno que cumple varios de los siguientes se aleja objetivamente de una izquierda democrática, independientemente de su retórica:


1. Captura institucional

Indicadores:

  • Reducción de autonomía de organismos electorales
  • Politización del poder judicial
  • Uso del legislativo como oficialía de partes

Este patrón está documentado en casos como Venezuela, Nicaragua y, en fases más tempranas, otros países de la región.


2. Clientelismo social

Diferencia clave:

  • Política social universal → derechos exigibles
  • Transferencias discrecionales → lealtad política

Cuando los programas sociales:

  • No están evaluados
  • No tienen reglas claras
  • Se asocian a propaganda gubernamental

la evidencia muestra un tránsito del Estado social al Estado clientelar.


3. Militarización de funciones civiles

Indicadores:

  • Fuerzas armadas en tareas de seguridad pública
  • Administración de infraestructura civil por militares
  • Opacidad presupuestal bajo pretexto de “seguridad nacional”

La literatura muestra que esto debilita el Estado de derecho, no lo fortalece.


4. Relación con economías ilegales

Ninguna izquierda democrática:

  • Tolera economías criminales
  • Renuncia al monopolio legítimo de la fuerza
  • Sustituye política de seguridad por inacción estratégica

La coexistencia prolongada entre Estado y crimen organizado es incompatible con cualquier proyecto progresista serio.


IV. Reformulación académica del argumento central (sin adjetivación)

Tesis reformulada:

En América Latina ha emergido un conjunto de gobiernos que, aunque se autodefinen como de izquierda, presentan rasgos estructurales incompatibles con la izquierda democrática: debilitamiento institucional, personalización del poder, clientelismo social y erosión del Estado de derecho. Estos rasgos se alinean más con modelos de populismo autoritario que con tradiciones progresistas históricas.


V. ¿Cuál sería una verdadera izquierda adecuada para América Latina y México?

1. Principios rectores

Una izquierda viable para México debe partir de restricciones reales, no de utopías:

  • Economía abierta e integrada a Norteamérica
  • Alta informalidad
  • Debilidad fiscal
  • Presencia del crimen organizado
  • Sociedad plural y políticamente fragmentada

2. Ejes programáticos concretos

A. Economía

  • Economía de mercado regulada
  • Política industrial focalizada (nearshoring, innovación, PYMES)
  • Reforma fiscal progresiva pero gradual
  • Disciplina macroeconómica

No hay política social sostenible sin estabilidad macroeconómica.


B. Política social

  • Universalización de servicios (salud, educación, cuidados)
  • Evaluación rigurosa de programas
  • Eliminación del clientelismo
  • Enfoque en movilidad social, no solo transferencias

C. Instituciones

  • Fortalecimiento (no subordinación) de órganos autónomos
  • Profesionalización del servicio público
  • Transparencia y rendición de cuentas

D. Seguridad y Estado de derecho

  • Reconstrucción de policías civiles
  • Fortalecimiento de fiscalías
  • Combate frontal a economías criminales
  • Cero tolerancia a pactos implícitos con el crimen

3. Cultura política

Una izquierda democrática:

  • Tolera la crítica
  • Acepta alternancia
  • Reconoce errores
  • No divide moralmente a la sociedad entre “buenos” y “malos”

VI. Conclusión

La división relevante hoy no es izquierda vs. derecha, sino:

democracia institucional vs. populismo autoritario

Una izquierda que destruye instituciones, erosiona libertades y normaliza la ilegalidad no es una izquierda alternativa, sino una regresión política con lenguaje progresista.

Para México, una izquierda viable no pasa por concentrar poder, sino por reconstruir capacidades estatales, fortalecer instituciones y ampliar oportunidades reales en un marco democrático.

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